Al primer whisky doble y astillando la copa contra los espejos
murmuró el Señor Gato
Buenos días viejo mundo hoy le serrucharán la cabeza
no doy un puño de maní por su vida
Y los que escuchaban detrás de los mostradores asentían moviendo la torre
Y el asesino hizo su aparición bamboleando las puertas del bar y gritando
Espero Señor Gato que ya habrá rezado sus oraciones
Puede usted disparar al aire de mis pulmones que de todas maneras estoy dispuesto a expirar esta noche
El hombre que servía los licores no pudo reprimir una lágrima
El asesino del Señor Gato no tenía entraña en su sitio
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